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Mujeres y ciencia

Hace poco se hizo público el estudio “Realidad Nacional en formación y promoción de mujeres científicas en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas” encargada por CONICYT (Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica) dependiente del Ministerio de Educación, donde se señalan conclusiones claras sobre la brecha de género existente en la ciencia chilena.
En la carrera científica y/o académica, podemos comparar la de los hombres con una carrera de 100 metros planos, mientras que las mujeres parecemos correr también una carrera de 100 metros, pero con vallas. De acuerdo a este estudio, estas vallas están relacionadas con la vida familiar como maternidad y crianza, pero también con otras como el acoso. Muchas de estas vallas no se cuestionan bajo el argumento de “decisiones personales”, considerándose “normales”.
Sabemos que Conicyt ha avanzado en algunos aspectos de género, sin embargo, queda mucho por mejorar. Quienes hemos sido madres siendo estudiantes de doctorado y postdoctorado Fondecyt (Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico) hemos tenido por ejemplo un postnatal de solo 4 meses siendo lo legal 6, o tras entregar nuestras licencias de pre y postnatal, nuestro “sueldo” tardó hasta 6 meses en regularizarse, o al volver a nuestra Universidad o Centro de Investigación las exigencias son las mismas, sin considerar aspectos de la maternidad que solo las podemos hacer nosotras como el amamantamiento nocturno de un bebé.
Medidas de género como las cuotas, son cuestionadas por algunas colegas, pero esperar por una equidad de género en forma natural, puede demorar décadas (fenómeno generalizado en otros ámbitos donde la mujer es minoría como en política por ejemplo). Con las cuotas se trata de emparejar la cancha y hacerse cargo de las diferencias, en educación y oportunidades, que reciben la mayoría de las mujeres en matemáticas y ciencias durante su formación. De allí la importancia de medidas como las tomadas por la Universidad de Chile: creación de una oficina de igualdad de oportunidades de género, cupos de ingreso exclusivos para mujeres en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, medidas para optimizar investigaciones sobre acoso, o por la Universidad de Santiago con sus diversas comisiones de género.
Nos alegra que este estudio de Conicyt, dé a conocer los problemas que a diario enfrentamos las investigadoras en nuestra carrera científica. Sin embargo, una vez hecho el diagnóstico, nos gustaría conocer las soluciones y en lo posible ser parte o aportar a ellas desde nuestra mirada femenina, donde las emociones también forman parte, como la alegría tras publicar, la titulación de un alumno, un proyecto aprobado, las amistades generadas etc. Redes como la nuestra, están dispuestas a trabajar en conjunto con los entes responsables del Estado para buscar las mejores propuestas y soluciones.
Otro tema preocupante en Ciencia que no podemos dejar de mencionar es la inserción laboral. Esto queda patente en la postulación de más de 700 y 300 doctores para 44 y 15 puestos en las Universidades de O’Higgins y Aysén, respectivamente. Este es un punto crítico que puede agudizarse en los próximos años considerando que se estima que 500 doctores y magister regresan desde el extranjero al país cada año, sin contar las personas formadas en Chile. Lo más probable es que en estas contrataciones también se observe esta brecha de género, ya que lamentablemente abarca a toda la sociedad chilena.

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